martes, 2 de octubre de 2007

Un dieciseisavo de gen.

El papá del papá de la mamá de mi papá sería mi tatarabuelito.

El era japonés llegó a México entrando por Manzanillo, quien sabe como, conoció a una muchacha de Los Masates de allá por Mocorito y empezó la combinación.


El 2 de enero de 1900 bajó de ese barco en Manzanillo y ahora aquí estoy yo.

Por cosas de las leyes y la historia masculinista ya no llevo el apellido, pero que contenta estaría mi abuelita María Elena si me viera aquí comiendo arroz con los palillos.

Ella murió el 2 de octubre del 2000 y como ya es tradición nos vamos a comer a Altata en su honor ya que allí, como alguna vez ella lo quiso, echaron sus cenizas.


Me divertí mucho con la Mariana, nos metimos al mar y chapoteamos y nos subimos a una panga. Lo único malo de toda la tarde es que no fue mi tío Héctor ya que como trabaja para los mentados chinos, esos días lo mandaron a Monterrey, por eso ya queremos que se vaya a la Chuparrosa a trabajar también. Pero estuvo mi tía Cachita, la Mariana, mi tío Alex, mi mamá y mi papí. Pero ninguno de los Jesús Héctor.
2 de octubre no se olvida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muñeca Azul:
estuve ahí... una tarde hermosa y dorada en la bahía de Altata... subimos a una panga y nos fuimos no muy adentro, para que se quedara cerca... el primero en saltar fué tu bisabuelo, lo siguieron tu papá y tus tíos.
Me quedé en la panga tratando que la emoción no me rebasara, fué un momento muy bello, muy fuerte como tu abuela. Definitivamente, una tarde hermosa...
Y nadaron con Maria Helena en agua salada de mar y de lágrimas...

Con mucho amor, de tu tía que nunca ves... G