viernes, 24 de noviembre de 2006

sobre la luna seis


Mis papás me quieren mucho. Mi tía Poly dice que quiere tanto a sus hijos que no cree que mi abuelita la quiera como ella a los suyos. Filosofía cruda de mi tía pero cierta le dice el abuelo lobo a mi papa cuando habla de los vínculos, los yugos, las esposas y las cosas que según él amalgaman el matrimonio.

Yo platico con la chichi y eso me vincula a mi mamá. Y dice el doctor que a mi papá también. Me gusta cerrar los ojos y decirle cosas y tomarla con los labios y volverla a dejar y tomarla con los “dientes” y volverla a dejar y volverle a decir algo y quedarme dormida.

Un día como hoy nació mi abuelita María Elena. El domingo pasado mis papás cumplieron un año de casados y en dos días más yo cumplo medio año de nacida. (Sin hacer cuentas por favor). En festejo al aniversario de mis papis me llevaron a conocer el mar y fuimos a Mazatlán a visitar a mi tío Carlos y a barras de Piaxtla a conocer el mar y relajarnos un poco. Hoy es viernes y celebro mi semana 26, es decir estoy a dos semanas después de mi sexta luna. Con eso de que las lunas son trece y los meses doce, me revuelvo.

Se acaba el año y en el rancho preparan la posada, a mis casi seis meses lloro si no me dan algo que quiero, me emocionan mucho los perros, tengo una sonrisa exclusiva para papá, grito mucho y río de repente a carcajadas, empiezo a saber lo que es pararme (con ayuda, claro), me sigue gustando el baño y empieza a quedarme chica la tina.

Nació mi primo Iker, así que pronto tendremos sus imágenes. Subí nuevas fotos mías y puse una nueva sección en vídeos de mis emociones. Te invito a verlas.

viernes, 3 de noviembre de 2006

retrospectiva


Hoy vinieron a visitarme las tías malas de SISTEC, excompañeras de trabajo de mi mamá, comimos, digo comieron “pollito coca cola” receta de la chita de mis amores y chismearon hasta que el tiempo las dejó.
Tengo exactamente cinco meses con ocho días y el 26 del mes pasado registré 6.8 kgs de peso y 64 cm de estatura. En lunas la cuenta ya le perdió mi papá pero ser felices es lo que más nos importa. Así que olvidémonos de lo que no nos podemos escapar y miremos las estrellas que ya casi no las vemos.
Desde los cuatro meses como frutas, arroz, verdura y avena; y me gusta jugar con las sombras que hace el sol en mis manos. A parte de a mis papás reconozco y me río con mis tíos y abuelos, además de que me llaman mucho la atención los perros. Me da por gritar y me chupo los dedos y ya no me da tanto pavor el tren. Me encanta chuparme los dedos de los pies y en mi corto existir nunca me he enfermado. Ha y también fue mi bisabuelo a comer al rancho.
Voy casi todos los días a Bacurimí donde vivo muchas historias, como las de Panchito (el mapache) y la sirena del canal, que se enamoraron locamente y que según la señora que se fue, “hay cosas que no pueden ser”. Pero un señor de barba llamado Quijote o Kijano, no lo recuerdo bien, me dijo otras cosas, y en esas palabras viajaban muchos colores y por eso yo eso es lo que quiero creer. Panchito no sabe, pero el Chube le traía buenas noticias de la sirena. Pero dice el señor Kijote que del embrujo un día Panchito despertará.