viernes, 8 de septiembre de 2006

Color de Rosa


Han pasado muchas cosas en este tiempo de ausencia. Si cerrar los ojos fuese una puerta, haría como JosaVictor, que cruzaba la avenida Obregón en moto sin frenar y cerrando los ojos, según él porque así desaparecían los carros y se acababa el peligro.
Al Chube lo mordió un mapache, a la Mariposa una rata, no precisamente como la de Francisca (la del barrio) y a mí me dejaron pelona.
Es viernes y comimos mole de mi nana Chita en la casa de mi bisabuelo. Mi abuelita María Elena decía que no había mejor mole “doña María”que el de ella y con la cara que tenían todos ahora en la mesa, yo creo que es cierto. Es el segundo viernes que vamos con ellos y la primera vez la comida era el plato favorito de mi tío Alex, pollito coca-cola.
Mi tío Alex anda para Vallarta, por lo que no sabe de las “malas nuevas”. Bueno, de las de aquí. Porque malas, por lo que dice mi papá, están en todos lados. Ya ven lo vergonzoso del tema del “presidente electo”.
Yo creo que es algo como del ambiente, algo generalizado, una especie de enfermedad de la raza humana moderna. Quiera Dios a mi me enseñen buenas cosas y cosas buenas, porque desde aquí, con todo y lo azul que pueda ser yo, la vida es color de rosa.
y las cosas que escucho de los grandes, me dan mucha flojera...

Y mira tío Ro, lo mejor que me pudo haber pasado es parecerme a mi papá, aunque dice que pelona me parezco a ti cuando te disfrazaste de Gandhi.

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