
Anoche no dejé dormir nada a mis papis. Lloré toda la noche. Ellos no sabían si tenía hambre, si estaba rosada o que era lo que me pasaba, solo me calmaba cuando me daba chichi mi mamá. Pero en cuanto me ponían en la cuna otra vez yo empezaba a llorar. Al pobre doctor le tocó que lo despertaran. ¡Hay!
estos primerizos, yo lo único que quería es estar cerca del corazón de mi mami porque extraño su latido.
Ahora en la mañana me llevaron a vacunar, fuimos al centro de salud. A mi no me gustó nada eso, pero -así son las cosas de la matrix- dice mi papá. Yo creo que deberían de darle incapacidad también a los padres. Ellos con la cosa de que se tienen que ir a trabajar le dejan todo el proceso a las madres. En el centro de salud había casi puras mujeres. Veo la cara de mi papá ahí en el centro de salud y como que le está cayendo un veinte. Yo creo que si le dan incapacidad también a los padres para que vivan esta parte junto con la mami este mundo por lo menos estuviera un poco menos ruidoso.
Yo doy muchas gracias de que mi papi pueda estar con nosotras en estos tiempos pero sabemos que pronto tiene que empezar a ir a trabajar. Si no se van a morir todos los conejos de la mariposa.
Ahora me dieron mi baño de sol y no lloré nada, es más, ya me gustó. Dicen que los rayos del sol son la única fuente que tenemos los humanos para adquirir la vitamina d. Que padre. Parece magia, por eso a mi me gusta el sol.