
Natsume no ha parado de llorar, desde que nació, por lo menos las tres cuartas partes de su vida las ha pasado entre el dormir y el llorar. Mi papá dice que está llorando a Culiacán, que le dolió nacer en esta ciudad de hoy, de nadie y de dios. El doctor dice que llora por cólicos, pero yo le creo más a mi papá. Aunque la verdad mi doctor es de primera, tanto el homeópata como el tradicional.

Pero yo más bien le creo al koke: sí, mi hermanito está llorando la violencia que estamos respirando. No me lo van a creer o a lo mejor van a pensar que es casualidad, pero más de una vez que ha pasado el carro que vende el periódico vociferando por el altavoz ese ándale y no se cuantas balas más, el Natsume se ha echado a llorar. Por eso le creo a mi papá, porque como dice: “nada es casualidad”, aunque también le compramos la fórmula de la leche con menos lactosa que recomendó el doctor y yo ya bien sazona como si supiera mucho de la vida y de su casualidad.

Y tan sazona y tan sazona que mis papás andan lurios porque ya empecé a avisar que quiero ir al baño. Como registro para la historia, hice pipí en el escusado por primera vez el 5 de agosto de este año (2008) y popó el 6 de este mes también.
Mi papá me prometió una piñata con un brinca con agua, dulces y nieve de chocolate si lo hacía, y eme aquí y aquí estoy, así que esperen la invitación.

Mi prima María Suky o María Alexandra (quien sabe que nombre se le va a poner), hija de mi tio Alex y mi tía Flor, mañana cumple un mes de haber nacido. Estamos también muy contentos por eso. Es una bella, morenita y afiladita como una divinidad de un cuento. Si en México tuviéramos la producción que tiene Disney, mi primita fuese la princesa esperada de alguna historia animada maya. Ella y el Natsume se llevan un mes por lo que se pondrán muy buenas las cosas en los próximos años.

Fuimos a Mazatlán hace unos días y me ha revolcado mi primera ola, también le pasé por debajo a otras dos. Mi papá está feliz con eso, dice que mi nino Ro se va a poner contento aunque mi mamá no crean que está muy como que de acuerdo con esas aventuras... Paseamos en pulmonía, fuimos al acuario, a comer a las carnitas del bigotes y al cuchupetas.

En dos semanas más entro formalmente a la escuela, maternal obviamente, no vallan a creer que a la universidad. Entro sabiendo los colores, algunas letras, los números del 1 al 11 (contando), los animales y sus sonidos, las partes del cuerpo y hablándolo casi todo. Le digo perro al perro, gato al gato, pato al pato, quesito al queso, quesadilla a la quesadilla, papa a la papa y koke a mi papá…