viernes, 8 de agosto de 2008

Más bonito verano en Mazatlán.


Natsume no ha parado de llorar, desde que nació, por lo menos las tres cuartas partes de su vida las ha pasado entre el dormir y el llorar. Mi papá dice que está llorando a Culiacán, que le dolió nacer en esta ciudad de hoy, de nadie y de dios. El doctor dice que llora por cólicos, pero yo le creo más a mi papá. Aunque la verdad mi doctor es de primera, tanto el homeópata como el tradicional. Pero yo más bien le creo al koke: sí, mi hermanito está llorando la violencia que estamos respirando. No me lo van a creer o a lo mejor van a pensar que es casualidad, pero más de una vez que ha pasado el carro que vende el periódico vociferando por el altavoz ese ándale y no se cuantas balas más, el Natsume se ha echado a llorar. Por eso le creo a mi papá, porque como dice: “nada es casualidad”, aunque también le compramos la fórmula de la leche con menos lactosa que recomendó el doctor y yo ya bien sazona como si supiera mucho de la vida y de su casualidad.
Y tan sazona y tan sazona que mis papás andan lurios porque ya empecé a avisar que quiero ir al baño. Como registro para la historia, hice pipí en el escusado por primera vez el 5 de agosto de este año (2008) y popó el 6 de este mes también.
Mi papá me prometió una piñata con un brinca con agua, dulces y nieve de chocolate si lo hacía, y eme aquí y aquí estoy, así que esperen la invitación.
Mi prima María Suky o María Alexandra (quien sabe que nombre se le va a poner), hija de mi tio Alex y mi tía Flor, mañana cumple un mes de haber nacido. Estamos también muy contentos por eso. Es una bella, morenita y afiladita como una divinidad de un cuento. Si en México tuviéramos la producción que tiene Disney, mi primita fuese la princesa esperada de alguna historia animada maya. Ella y el Natsume se llevan un mes por lo que se pondrán muy buenas las cosas en los próximos años.
Fuimos a Mazatlán hace unos días y me ha revolcado mi primera ola, también le pasé por debajo a otras dos. Mi papá está feliz con eso, dice que mi nino Ro se va a poner contento aunque mi mamá no crean que está muy como que de acuerdo con esas aventuras... Paseamos en pulmonía, fuimos al acuario, a comer a las carnitas del bigotes y al cuchupetas.
En dos semanas más entro formalmente a la escuela, maternal obviamente, no vallan a creer que a la universidad. Entro sabiendo los colores, algunas letras, los números del 1 al 11 (contando), los animales y sus sonidos, las partes del cuerpo y hablándolo casi todo. Le digo perro al perro, gato al gato, pato al pato, quesito al queso, quesadilla a la quesadilla, papa a la papa y koke a mi papá…